Por: Efraín Mar Cano.
Personalmente, no me gusta llamar a los amigos por su sobrenombre, hoy, vamos a hacer una excepción, porque la ocasión así lo requiere…
"Pocas personas me conocen por mi nombre de pila", saliendo al paso nos comenta nuestro entrevistado, así es que con su venia, así será, Felipe Ortiz Santos, alias “El Memín”, quien tiene su domicilio en el # 127 de la Av. López Mateos, entre la SAHOP y el lugar conocido como “La garrapata”, ahí nos recibe, lugar donde vive rodeado de su familia.
El asunto a tratar, no fue otro, que el estrictamente deportivo, en el que se mueve como pez en el agua. Desde los 14 años, el boxeo le llamó la atención, empezando con las peleas de botana. Cuándo Raúl Rosas Barón promovía esta actividad acudió a 3 torneos estatales a la capital veracruzana, Xalapa.
En 1968, cuando daba vida al boxeo en el puerto, Santiago Lobato Diego y Manuel Quintero Herrera, con funciones en el ring instalado en los salones de la H. Junta de Caridad y Pavimentación, participó “memín” en un Torneo de los Guantes de Oro, Armando Cardona Guido, de Cobos, sucumbe por KO antes su empuje y bravura, la misma suerte corrió Antonio Basilio, llegando a la final, perdiendo ante Carmelo Hernández.
Actualmente alterna esta actividad con el futbol, participando como portero de la S.C.T de la categoría master del torneo de Veteranos y la del entrenador de boxeadores, junto con su hijo Julio Cesar Ortiz, presumiendo una medalla de plata, conseguida por su pupilo Josué Manuel Hernández Pérez en la Olimpiada Estatal, celebrada en el puerto de Veracruz.
Presea conseguida a base de sudor y lágrimas y también, gracias a las personas que colaboraron económicamente para su viaje a la ciudad sede.
La labor de Felipe, está rindiendo buenos frutos, producto de su terrón, teniendo a sus chamacos bajo la bandera de la seriedad y la responsabilidad. “Memín” no se amedra, a pesar de las carencias con que está luchando por un deporte, triunfador en la épocas en que ha existido.
Animo Felipe Ortiz Santos, estamos seguros que tu callada labor con el tiempo dará sus frutos.